La Comunidad de Madrid planea hacer dos nuevos aeropuertos

La Comunidad de Madrid presidida por Esperanza Aguirre reaviva con este plan el debate sobre la unidad de mercado en la gestión aeroportuaria en España, abierto con la petición catalana de absorber las competencias sobre los aeropuertos catalanes. En concreto Madrid quiere tener en marcha dos nuevos aeropuertos antes de 2025. El primero, de carga, estará ubicado en Campo Real y el segundo absorberá las operaciones de Cuatro Vientos y las de aviación civil de Torrejón de Ardoz. Así lo anunció ayer el Ejecutivo presidido por Esperanza Aguirre en la presentación del Plan de Infraestructuras Aeroportuarias 2007-2025.

La Comunidad aún no ha estimado el coste del proyecto, pero señala que para su desarrollo creará la empresa pública Aeropuertos de Madrid, que dependerá de la Consejería de Transportes y participará en la gestión de las infraestructuras aeroportuarias de titularidad estatal.

Uno de los nuevos aeródromos, que asumirá las más de 65.000 operaciones que ahora se realizan en Cuatro Vientos, estará ubicado en el suroeste de la región, donde la Comunidad ha reservado una parcela de 230 hectáreas entre los municipios de Navalcarnero y El Álamo. Aunque el Gobierno prevé que este proyecto esté operativo en 2025, reconoce que la fecha podría adelantarse hasta 2016 'para contribuir' a la candidatura olímpica de la capital.

'Cuatro Vientos no cumple las condiciones de seguridad requeridas para el siglo XXI y no puede crecer debido a los problemas acústicos que genera, por lo que será sustituido por el del Suroeste', señaló el consejero de Transportes e Infraestructuras, Manuel Lamela. El nuevo aeródromo contará con una pista de 2.000 metros. La futura instalación también asumirá la aviación de negocios que se desarrolla en Torrejón, de manera que acogerá el tráfico de las escuelas de vuelo, o la extinción de incendios.

En cuanto al aeropuerto de carga, se situará en un terreno de 780 hectáreas entre los municipios de Campo Real, Pozuelo del Rey y Valdilecha. Inicialmente contará con una pista de 3,7 kilómetros. 'La carga aérea tiene un desarrollo insuficiente en Madrid, que se demuestra en la disminución lenta pero continua del volumen de mercancías transportado en Barajas', aseguró Lamela. Además, el aeródromo podría llegar a asumir vuelos de las aerolíneas de bajo coste.

Para acceder a los nuevos aeropuertos, la Comunidad ha previsto una variante de la M-600 y vías de acceso a la A-5 y R-5, en el caso del futuro aeródromo del Suroeste. El de Campo Real se comunicará con la A-3 y la R-3, mediante la duplicación de la M-209 y la M-300 y, después, también con la M-50.

La construcción de dos nuevos aeropuertos no son los únicos objetivos del Gobierno de Esperanza Aguirre. Además, quiere participar en la gestión de Barajas, 'teniendo en cuenta que es uno de los principales dinamizadores de la economía madrileña y que se prevé que crezca de los actuales 46 millones de pasajeros que registra al año hasta los 70 millones', apunta la Comunidad. Para conseguirlo, y como paso previo, el Ejecutivo regional pretende crear un Comité de Desarrollo de Rutas Aéreas en el Aeropuerto de Madrid-Barajas, en el que colaborarían AENA, la Confederación Empresarial de Madrid (CEIM) y la Cámara Oficial de Comercio e Industria de Madrid. Este comité también tendría el objetivo de promover 'ante el Gobierno central proyectos de remodelación de las antiguas terminales y se exigirá la ejecución de la nueva línea de Cercanías y la estación del AVE a la Terminal 4 sin retrasos', señala la Comunidad de Madrid.

En cuanto a la disputa que ha mantenido en los últimos meses el Ejecutivo de Aguirre por la denominación Madrid-Sur planeada para el futuro aeropuerto de Ciudad Real, la Comunidad asegura que se ha llegado a un acuerdo tras desestimar la empresa promotora, CR Aeropuertos, el uso del controvertido nombre.

El Gobierno regional ya había anunciado que estudiaba emprender medidas legales. Para evitar problemas similares, el consejero de Transportes, Manuel Lamela, señaló que se ha registrado 'un amplio abanico de posibilidades' para bautizar los nuevos aeródromos, aunque aún no hay ninguno definitivo.

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