En la Ciudad de Bejucal, La Habana, Cuba, el 19 de noviembre de 1837,sede en el tramo Habana -Bejucal, del primer ferrocarril construido por España en el Nuevo Mundo, que constituyó a su vez el pionero en Iberoamérica, el segundo en el continente americano y el séptimo a nivel mundial.
Actualmente en Bejucal, en los altos de la Estación de Ferrocarril que aún presta sus servicios, existe el modesto pero significativo Museo Ferroviario más antiguo de Iberoamérica (desde 1837), en los terrenos de San Felipe y Santiago del Bejucal, inolvidable día en que el camino de hierro vislumbró el desarrollo industrial, en un trabajo mancomunado de la Corona Española y grandes hacendados criollos.
El tramo de vía Habana –Bejucal resultaba, sin duda el más complejo de todo el proyecto. La elevación de Bejucal sobre La Habana era de 320 pies en 16 millas, por lo que en ocasiones se hacía difícil obtener planos de 30 pies de inclinación. Las desigualdades del terreno demandaban complicados trabajos de infraestructura; resultaba necesario elevar terraplenes, rebajar lomas e incluso horadarlas. Incluía, también, la construcción de diversos puentes, uno de ellos sobre el río Almendares exigió la utilización de 200 pilares de cantería importados de Estados Unidos.
Las líneas se tendían sobre una capa de balastro de seis pulgadas de espesor, que garantizaría un drenaje adecuado. Aunque estaba previsto que los raíles se colocarían sobre traviesas de madera, la quiebra de los contratistas que habrían de suministrarlas obligó a sustituirlas por similares de cantería. Estos bancos de piedra de 7,5 pies de largo por 2 de ancho y 1,5 de grueso, se colocaban a una distancia de 12 pies entre uno y otro.
En su construcción se emplearon esclavos (principalmente de origen africano), negros libertos, criollos, chinos, yucatecos (convictos mexicanos), irlandeses procedentes de Estados Unidos y naturales de las Islas Canarias, personal que frecuentemente se sublevó por el maltrato y la explotación a la que fue sometido.
En ocasión del santo de la Reina Isabel II, el 19 de noviembre de 1837, la "Real Junta de Fomento" inauguró solemnemente el Ferrocarril. A las 8:00 de la mañana salió el primer tren entre la Habana y Bejucal. Fue vital su implementación para la industria azucarera.
El tren partía de la estación de Garcini, exactamente en la cuadra situada en la calle de Oquendo entre Estrella y Maloja, próxima a la Capital, con varios carros y unos 70 pasajeros, entre ellos importantes autoridades de la colonia, y fue recibida en Bejucal por el Alcalde Corregidor y otras personalidades del lugar. El precio de la primera clase fue de 20 reales, los de tercera 5. El segundo viaje partió a las 2:00 de la tarde con iguales condiciones.
Aquel primer viaje entre La Habana y Bejucal se produjo en una mañana invernal y lluviosa, lo que no impidió la aglomeración del público a lo largo de seis y media leguas (unos 35 kilómetros), asombrado de observar el paso del convoy despidiendo una humareda negra por su chimenea.
El ferrocarril Habana - Bejucal fue un increíble triunfo tecnológico mundial. Su precio, en hombres, 12 muertos por kilómetro, un cadáver cada 83 metros.
Para un mayor conocimiento del transporte ferroviario en el país y el accionar de sus trabajadores, puede visitarse el Museo Ferroviario (patrimonio local) existente en los altos de la Estación de Bejucal, único de su tipo en la Antilla Mayor, además del situado en Ciudad de La Habana, considerado Museo Nacional.
Cuba cuenta hoy con una red ferroviaria que cubre todo el territorio nacional. En los últimos tiempos el ferrocarril cubano ha sido objeto de importantes remodelaciones. En el año 1990, la longitud de la red era de 4 881 kilómetros.
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