La apertura de la nueva conexión de alta velocidad entre Madrid y Valencia permitirá que el transporte entre estas poblaciones genere 80.000 toneladas de CO2 anuales menos adicionales. Las previsiones de Renfe indican, además, que la progresiva mejora de la eficiencia energética de sus trenes permitirá alcanzar en 2020 una reducción de sus emisiones de CO2 por Unidad Transportada (viajero o tonelada) del 57% respecto a 1990, año base de medición del Protocolo de Kioto, para el que la Comunidad Internacional buscará sucesor en la cumbre de Copenhague el próximo mes de diciembre.
Entre 1990 y 2008, las emisiones de CO2 de Renfe por Unidad Transportada se han reducido un 44%, al pasar de 46,5 gramos a 26,1. Si se añade la previsión de 2009, para completar el ciclo Kyoto-Copenhague, la reducción de emisiones de C02 por Unidad Transportada en Renfe se elevará hasta el 48%.
El 23% de la energía consumida por Renfe durante 2008 procedió de fuentes renovables. La cifra supera el objetivo marcado por la Unión Europea para 2020, de un 20%. El consumo de energía eléctrica permite a Renfe utilizar en parte energías renovables a diferencia de otros modos de transporte.
Renfe prepara un nuevo Plan de Eficiencia Energética que le permitirá una disminución de sus costes energéticos en 53 millones de euros y una reducción de sus emisiones de dióxido de carbono de 115.000 toneladas en 2011, cifras ligadas a su actividad como operador de transporte, al margen de las que arroja el cálculo por sustitución modal.
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